En los últimos tiempos estamos asistiendo en España a un fenómeno de gran importancia. Los malos tratos conyugales están viendo la luz pública y existe un creciente rechazo social, saliendo así, poco a poco del lugar donde han permanecido, y permanecen aún en gran medida, escondidos en la intimidad familiar.

Las importantes secuelas que van dejando los malos tratos se manifiestan de forma notable en la salud mental de la mujer, adquiriendo tintes dramáticos en ocasiones, y en otras deteriorando de forma grave la salud de la persona maltratada.

En Estados Unidos aproximadamente seis millones de mujeres, hombres y niños son víctimas anualmente de ataques físicos a manos de otros miembros de su familia, lo que ha llevado a identificar a «la familia americana como una de las instituciones más violentas del país» (Gelles, 1.980).

En nuestra cultura está implícita la idea de propiedad de las mujeres y niños. Esta idea a menudo excluye el respeto por los derechos individuales. Las normas que definen a la gente como «propiedad de», permiten el uso del castigo físico corporal dentro de la familia de uno, mientras no permite la misma violencia hacia personas de fuera de la familia.

Finalmente, las normas culturales  que definen a la familia como un grupo privado estimulan indirectamente la violencia familiar. Las conductas que ocurren «tras la puerta cerrada» del hogar no se discuten con «extraños» (Pizzey, 1.974; Straus et al. 1.98.)

La definición de abuso conyugal , usualmente a una mujer, es un patrón de conducta que ocurre en forma física, emocional, psicológica, sexual o económica. Es usado para mantener miedo e intimidación, control y poder por el abusador, usualmente el hombre (Dickstein).

Se entiende desde el punto de vista clínico el abuso sexual como cualquier intimidación sexual forzada (Katz y Maur, 1.979).

El abuso psicológico ha sido definido por Walker(1.984) como el que incluye aislamiento, amenazas, degradación y administración de drogas o alcohol. La agresión psicológica conyugal se refiere a conductas verbales como insultos y conductas no verbales que no van dirigidas al cuerpo de la pareja, por ejemplo golpear puertas, destrozar objetos. Pero, por encima de todo, debe quedar claro que los términos físico y psíquico tienen sentido para determinar la forma de conducta expresada más que las consecuencias producidas, puesto que los actos físicamente agresivos producen daño tanto psicológico como físico.

A continuación se aporta un cuestionario de maltrato psicológico. Conteste a los items sí o no.

1. A menudo su pareja ignora los sentimientos de usted.
2. Ridiculiza o insulta a las mujeres como grupo.
3. Ridiculiza o insulta la mayoría de sus valores, creencias, religión, raza, herencia o clase.
4. Utiliza su visto bueno, aprecio o afecto como castigo.
5. Continuamente le critica, le insulta o le grita.
6. Le humilla en privado y/o en público.
7. Rechaza mantener relaciones sociales en su compañía.
8. Controla el dinero y todas las decisiones.
9. Rechaza trabajar o compartir el dinero.
10. No permite su acceso al dinero o a las llaves del coche u otros bienes.
11. Con frecuencia le amenaza con abandonarla o dice que se va.
12. Le amenaza con hacerle daño a usted o a su familia.
13. Castiga o maltrata a los niños cuando está enfadado con usted.
14. Amenaza con secuestrar o llevarse a los niños si usted lo abandona.
15. Abusa, tortura, mata a los animales domésticos para hacerle daño.
16. Le acosa con asuntos que él imagina que usted está haciendo.
17. Le manipula con mentiras y contradicciones.
18. Destruye los muebles, hace destrozos en las paredes o rompe útiles domésticos durante las discusiones con usted.
19. Maneja armas de forma amenazante.

Si ha contestado afirmativamente a numerosos items, tenga en cuenta que se ha demostrado que existe una progresión desde el abuso psicológico al físico (Murphy y O´Leary, 1.989). Busque ayuda, tome sus decisiones y actúe. No consienta ser sometido/a, no espere a que las cosas empeoren aún más.

Bibliografía.

Este artículo ha sido elaborado sobre el trabajo de Carmen Jiménez Casado: Malos Tratos Conyugales a Mujeres. Instituto Andaluz de la Mujer. Sevilla-Málaga 1.995

Fuente cop.es